El enterramiento de San Pedro Pascual en Baeza
San Pedro Pascual, fue un obispo de la diócesis de Jaén allá por el siglo XI. Además es patrono de los estudiantes de la orden de la merced. Nacido en Valencia, hijo de mozárabes se convirtió en Obispo de nuestra diócesis al ser nombrado por el papa Bonifacio VIII en el año 1296. Se dice que este cargo fue un premio a su defensa pública en París de la Inmaculada Concepción de la Virgen María antes que ningún teólogo. Esta también fue una de las razones por las que luego se convertiría en Santo.
Pero vayamos a la historia curiosa. Se encontraba San Pedro Pascual de visita pastoral a la diócesis de Jaén, cuando fue asaltado y llevado cautivo a Granada. Allí, y mientras se mantenía firme en su fe, recibe una condena a muerte por decapitación. Hablamos del 6 de diciembre del año 1300.
El dilema de su enterramiento
La muerte del Santo Obispo causa conmoción a los fieles jiennenses, por lo que se organiza una expedición para ir a recoger su cuerpo yacente y darle cristiana sepultura. Los baezanos y jiennenses (de Jaén capital) discuten acaloradamente el lugar de enterramiento, ya que ambos consideran que el obispo debe ser enterrado en sus respectivas Iglesias Mayores.
En vista de que no se llegaba al acuerdo sobre si se debía enterrar en Jaén o Baeza, se decide que sea la mula que porta el cuerpo la que decida donde debe enterrarse. La mula comienza a andar, y en el cruce de caminos, se desvía hacia Baeza. Ambas partes acatan la decisión del animal, por lo que es a esa mula a la que le debemos que los restos de San Pedro Pascual estén en el altar mayor del templo catedralicio.
Conoce ésta y otras anécdotas en nuestras visitas guiadas a Baeza
