Calle de la luna y el sol.
¿Conoces la calle de la Luna y el sol? Situada en el corazón del casco histórico a unos pasos de la Plaza de Vázquez de Molina, esta calle estrecha y curvada recibe un nombre muy curioso…
Los nombres de las calles suelen consagrarse a alguna personalidad, efeméride, santo, entidad… Sin embargo a veces la toponimia tiene orígenes mucho más simples. Volviendo a la protagonista de nuestra entrada, la calle de la luna y el sol, el origen de su nombre está a simple vista. Si caminamos por la curvada calle observaremos que, al llegar al número 10, y junto al arco de medio punto que de acceso a la casa, una luna y un sol adornan la fachada. Esta casa es la responsable del nombre de la calle. Resultaba tan llamativo el uso de esta simbología en las fachadas renacentistas que provocó que la calle comenzara a conocerse por el nombre de los dos elementos que enmarcan la fachada. Y es que, acostumbrados a la heráldica tradicional, dos elementos astronómicos son la nota discordante. Se dice que la casa pertenecía a un astrónomo, o quizás a un alquimista. Sea lo que fuere, ladecorativa a trascendido a la historia del propio dueño.
Forma de ballesta
Pero, aún así, lo curioso de esta calle no es su nombre, sino su forma: de ballesta.
Ballesta es un arma que sirve para disparar flechas o bodoques, formada por un arco montado horizontalmente sobre un soporte provisto de un mecanismo que tensa la cuerda y otro que dispara. Pero no es su función armamentísitica lo que nos atañe, sino la curvatura de su arco, que da nombre a una forma de calle, curvada, propia del Renacimiento.
Esta curiosidad urbanística tiene dos causas:
- Una más practica, que es simplemente cortar el aire al no ser una calle completamente recta y
- Otra más intrigante: el servir de protección contra emboscadas, la forma hace que pese a la longitud de la calle sea imposible ver quien va andando más allá de diez metros por delante o por detrás
Os animamos a que paseéis por esta calle, (si no estáis en Úbeda se puede hacer en street view) y os imaginéis en la época de caballeros y emboscadas, camino a la casa del alquimista.