Sor Patrocinio, Isabel II y Baeza
Monjas con estigmas, reinas en decadencia , destierros… Sor Patrocinio es uno de esos personajes que han pasado a la historia rodeados de una oscura leyenda. Esta es la historia de como uno de los personajes más influyentes del reinado de Isabel II acaba desterrada, nada más y nada menos, que en Baeza
En la convulsa España de finales del S.XIX, bajo el reinado de Isabel II, surgen una serie de personajes. Se trataba de monjas y sacerdotes que más allá de predicar el Evangelio, venían cargados con discursos supersticiosos y oscurantistas y que con cuestionadas acciones ejercían un poder inusitado sobre una reyes que parecían más marionetas que monarcas.
Uno de estos personajes es Sor Patrocinio, una monja que durante años permaneció junto a una piadosa Isabel II quien oía sus consejos con especial interés. Pero la conocida como «La monja de las llagas» fue un personaje controvertido, que durante años hizo creer a sus devotos admiradores que sufría los estigmas de Cristo mientras se inmiscuía con demasiada frecuencia en los asuntos de estado. Tal fue su influencia que despertó pasiones y odios a partes iguales.
El destierro
Cuando Sor Patrocinio, después de años en servicio cae en desgracia, se produce su destierro fuera de Madrid. ¿A dónde? El 17 de marzo de 1855 Sor Patrocinio se pone de camino a Baeza, pues su destino es el convento de Santa Catalina, en esta ciudad. Su estancia en Baeza será breve, pues el 27 de agosto de 1855, a consecuencia de una de las muchas epidemias de cólera que sufre Jaén en el siglo XIX, Sor Patrocinio es trasladada al Convento de Madres Dominicas de Benavente.
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