La verdad sobre la polémica restauración de la Catedral de Baeza
Hace unos días el periódico EL País se hacía eco de una polémica restauración llevada a cabo en la Catedral de Baeza. Con un artículo que llevaba por título «Sansón, convertido en monigote en la Catedral de Baeza» Los medios de comunicación a nivel nacional y las redes sociales se convertían en un hervidero sobre como en el púlpito del templo (la Catedral de Baeza es declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931), se podían divisar dos «monigotes» al más puro estilo Ecce hommo de Borja. Os dejamos las imágenes de los mismos.
La similitud de las piezas con su presunto homólogo que se hizo famoso hace unos años, el Ecce Homo de Borja, es clara. La restauración del fresco, se convirtió en icono pop en pocas horas y se ha convertido en un verdadero atractivo de visitantes que quieren conocer este fiasco de la historia del arte de primera mano, incluso con un centro de interpretación en torno a él.
Pero volviendo al asunto baezano, ¿dónde podemos encontrar estas polémicas piezas restauradas? En el púlpito situado en el altar mayor con revestimiento del año 1580 pero que según la tradición es donde San Vicente Ferrer predicó a comienzos del siglo XV. En él se representa iconográficamente a San Pablo y San Andrés entre otros santos y obispos pero donde ha afectado la polémica «restauración» es a las figuras de Sansón y una mujer tocada pues muestran un claro contraste frente a las figuras de los demás santos, pertenecientes a la pieza original.
La desafortunada noticia, que en pocas horas la noticia se volvía viral, dejaba a los responsables del cabildo en no muy buen lugar, alegando un estado de semiabandono de una de las joyas del renacimiento andaluz por falta de fondos ¡Nada más lejos de la realidad! El Cabildo Catedralicio se vio obligado a llevar a cabo un comunicado en el que se defendía de las acusaciones de los medios.
Los responsables catedralicios explicaban la realidad de la historia, que nosotros completamos con fuentes propias. La Catedral al finalizar la guerra civil sufrió, por desgracia, deterioros irreversibles en muchas de sus piezas, retablos… El expolio de la guerra, el abandono y los escasos medios de la posguerra provocaron una decadencia en el monumento. Lo cierto es que la actuación fue debida al entonces encargado del patrimonio de la Catedral, Diego Lozano Jiménez, más conocido como «El padre Sifón» (debido a que era sifonero de profesión) que, aunque carecía de formación reglada, tenía ciertas dotes para el arte. Este artista local (reconocido en su Baeza natal gracias al virtuosismo que manifestó con respecto a la talla de edificios históricos de Baeza en bloques de piedra marmórea) al ver los deterioros que sufría la iglesia decidió de buena fe, rellenar los espacios vacíos del púlpito de la pieza deteriorada durante la guerra civil. Esta situación tuvo lugar en torno al año 1980, momento en el cual también realizó la gran lámpara instalada en la bóveda situada en el actual coro donde siguió las características de las piezas que quedaban.
No se trata por tanto de una restauración, (pues son piezas nuevas incorporadas al espacio vacío) por lo que el subtítulo del artículo del diario El País «Una antigua restauración del púlpito del templo, Bien de Interés Cultural, desfiguró a dos personajes pintados en el siglo XVI» no se ajusta a la verdad. Si bien es cierto que lamentablemente cada cierto tiempo salta a la luz una lamentable restauración que afecta a nuestro patrimonio y aunque esta actuación en sí pueda tener una estética más o menos acertada queda clarificado que no se trata de una mala praxis.
Sea como fuere, se trata sin duda otra anécdota que incorporaremos a nuestras visitas guiadas. Y si los «monigotes» de la Catedral pueden hacer de imán para que la gente descubra el verdadero patrimonio de Úbeda y Baeza ¡bienvenidos sean! Estamos seguros que tras su visita, habrán olvidado la visión de las piezas incorporadas ante la abrumadora visión del resto de joyas arquitectónicas y artísticas.