Úbeda y el General Saro
El general Leopoldo Saro fue uno de los militares más sobresalientes de su tiempo, no sólo en el terreno castrense donde tuvo actuaciones destacadísimas en la guerra de Melilla y del Rif sino como alto político, principalmente en la dictadura de Primo de Rivera.
La particular relación de este dirigente y Úbeda comienza muy pronto, pues ya en el año 1910 Úbeda lo nombra Hijo Adoptivo y Saro corresponde influyendo en beneficio de su tierra adoptiva en numerosos proyectos. Tal es el cariño que se le tiene que en 1928 se encarga a uno de los mejores escultores de su tiempo (Jacinto Higueras) una estatua en su honor que fue pagada por suscripción popular.
Con la llegada de la II República y tras el proceso de responsabilidades de colaboración con la dictadura la estatua es trasladada a la finca de «El Teatino». En este sitio, los anarquistas fusilan la escultura (hoy día siguen siendo visibles esos tiros) y la arrojan a una alberca.
El General, que en ningún momento se adhirió a la sublevación militar que provocó la Guerra Civil, fue asesinado por los milicianos republicanos el 19 de agosto de 1936. Al término de la guerra el monumento se instala en la Plaza del Mercado (entonces «Plaza del Generalísimo») hasta finales de los años 50 con la excusa de erigir una estatua a San Juan de la Cruz (¿existirían suspicacias porque se entendiera que el «Generalísimo» era Leopoldo Saro?) Es entonces cuando el monumento se reubica en la Plaza del General Saro, hoy Plaza de Andalucía.
La escultura volvió a su lugar originario tras la remodelación de la Plaza de Andalucía no sin ciertos recelos. Conoce ésta y otras historias con nuestras visitas Úbeda extramuros