La cruz de Baeza
Hoy profundizamos algo más en uno de sus elementos del escudo de Baeza: la cruz y su equivalente físico en la salida de Baeza hacia el camino de Begíjar.
Una época de batallas
Durante la reconquista, el asedio de Baeza produjo cortes en el abastecimiento y breves ataques. Consecuencia de esta insostenible situación quedaron en la ciudad apenas una veintena de personas, que en vista del abandono que sufrían por parte de las tropas españolas decidieron huir sigilosamente.
Pero para retrasar la caída de la ciudad pusieron las herraduras de sus caballos al revés, para que los guerreros moros que asediaban la ciudad pensaran que eran diez caballos los que entraban, no que salían. Los musulmanes cayeron en la trampa, y al imaginar que habían llegado refuerzos, no atacaron ese día.
La ayuda divina
Al caer la noche, los cristianos acamparon a las afueras de la ciudad. De repente el vigía dio la voz de alerta al ver la silueta de una cruz brillante. Todos la vieron y, creyendo que era una señal divina, volvieron a entrar en la ciudad.
Los moros pensaron de nuevo que recibían más refuerzos, y al ver que eran los cristianos, huyeron de Baeza. A partir de ese momento, la ciudad se declaró como cristiana. Además, se levantó la Cruz de la “Asomá”, que además aparece en el escudo de Baeza.