La monja que resultó ser un hombre
No, el título no engaña: esta es la historia de una monja que resultó ser un hombre. El lugar de esta historia: la Úbeda renacentista ¿quieres conocer el destino de este personaje? ¡Sigue leyendo!
Lo que hoy conocemos como el Palacio Juan Vázquez de Molina fue en su día un monasterio de monjas Dominicas. Antiguamente era costumbre abandonar a los niños no deseados a las puertas de los conventos, y así ocurrió un frío día de invierno, cuando las madres dominicas encontraron en su puesta un capazo con un bebé de pocos días. Las hermanas, lo acogieron, alimentándolo y vistiéndolo mientras decidían que hacer con el bebé. Sin embargo los meses pasaban y la decisión no se tomaba. El bebé se convertía en un niño que adurreaba y jugaba por el convento, ganándose el cariño de las monjas. Por eso un día decidieron quedárselo definitivamente, pero como no podían admitir varones, lo vistieron de doncella.
Los años pasaban, las monjas que un día lo acogieron fallecían o eran trasladadas. Las monjas nuevas que llegaban desconocían el secreto. Una noche, una novicia, sin querer, descubre el cuerpo masculino de la presunta “hermana”. Turbada y angustiada, lo delata a la superiora.
El muchacho huérfano, que ha crecido como una más, insiste en que él es una monja como sus compañeras, pues así ha vivido toda su vida. Además se trata de una monja con un comportamiento ejemplar. Pero sin embargo, por mucho que ruega y llora, la monja-muchacho recibe la expulsión del convento y lo llevan a Sabiote, donde muere al poco tiempo, sólo, en un caserón en ruinas, algunos dicen que por hambre otros que por pena, por no dejarle vivir la realidad de una vida que él había creído como cierta
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